Palabras, Barullos, Sueños, Cuentos e Historias de Vida, Viajes y Otras Verdades

Jul 7, 2011

Las mujeres del FMI y el perjudicado incauto

Por:  Wayunkerra Epinayu (Karmen Ramírez Boscán)


Hace tiempos que no tenía en mis manos un periódico en español desde que vine a Suiza en junio de 2011.  Entonces, la semana pasada, un día que pasé por Bahnhof,  la estación de trenes de Berna, me di cuenta que había una “peridioquería” en donde venden, obviamente periódicos, en varios idiomas.  Intenté buscar periódicos de America Latina, pero desafortunadamente no los hay, así que compré “El País” de España.  Vaya sensación tan divina:  el olor, la textura, los colores del tabloide, abrir sus páginas, y ¡leer en español!, en fin.  En todo caso, no es del periódico y las sensaciones que produce éste en las personas, de lo que quiero hablar hoy, sino más bien de algunas noticias que se incluían él, las cuales me atrajeron para escribir esta nota. 

Y bueno, mi anotación tiene que ver con la forma de transmitir las noticias.  Después de haber estado en Canadá por cerca de dos meses estudiando sobre derechos de las mujeres con personajas de la talla de Alda Facio, de lo cual me siento absolutamente privilegiada, es definitivamente imposible leer los periódicos como lo hacía antes.  Ya no puedo ser  tan desprevenida, y aunque siempre he tratado encontrar en las noticias los enlaces acerca de como afectan éstas a las mujeres indígenas o a los pueblos indígenas,  pues mis observaciones, muchas veces me impidieron hacer análisis más profundos sobre ciertos temas particularmente relacionados con las mujeres, ya que he estado más concentrada en temas que afectan a los pueblos indígenas en general, por aquello de la unidad de la lucha

Advierto que, no es que ahora sea yo una analista sobre el tema, porque puede prestarse para malas interpretaciones de personas que, cuando entran a mi blog, solo lo hacen por el placer de reír o despotricar, o lo que es peor injuriar anónimamente, sobre lo que, desprevenida o convencidamente, escribo.  Pero no, de ninguna manera mis intenciones son ahora las de volverme una experta en estas materias, aunque no puedo evitar escribir sobre las sensaciones que me ha producido la primera página de “El País”, del 6 de julio de 2011, para compartirlas con quienes quieran y con quienes no quieran, también.   

En “El País”, entonces, en la primera página del miércoles pasado, se ve a una mujer alta, de cabellos cortos y canos, bastante madura, impecablemente elegante, un poco autoritaria, y sobre todo, feliz.  En pocas palabras, se ve absolutamente radiante y triunfante.  La foto de ésta mujer, cuidadosamente ubicada en el centro de la edición, pareciera darle el equilibro perfecto a la misma. Ella es Christine Lagarde, mujer, que por supuesto era más bien desconocida para mi (recuerden que no soy ninguna experta), pero quien ahora es, como dice la diminuta nota debajo de la monumental imagen que apareció el miércoles pasado en el periódico: “La primera Mujer en la Cúspide Financiera Mundial”, es decir, Lagarde, es ahora la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, a quien valga la pena decir, el organismo, le ha condicionado de entrada su proceder, de manera que, a la ex Ministra de Economía de Francia, se le ha advertido que debe mantener un comportamiento apropiado e impecable, enmarcado en los más altos modelos éticos, además de evitar “cualquier apariencia de conducta inapropiada”. 

Lo que me llamó la atención de ésta noticia es como, después del escándalo del exdirector del FMI, Dominique Strauss-Kahn quien hace unos meses,  obligara violentamente a una mujer americana-guineana a practicarle sexo oral en un hotel de Nueva York e intentara abusar sexualmente de ella, sea precisamente, una mujer a la que se nombre para el cargo de dirección del FMI, por supuesto con condiciones de comportamiento.  Entonces mientras Strauss-Khan es esperado por el partido socialista francés, al cuál éste pertenece, con esperanzas de que sea definitivamente absuelto del juicio que se ha iniciado en Nueva York en su contra, por acosador y viejo verde,  para postularlo como candidato presidencial de éste país, por otra parte, Lagarde, tiene prohibido echarse una cana, de todas las que tiene,  al aire. 

Yo me pregunto, ingenua y desprevenidamente, cómo un organismo como el Fondo Monetario Internacional, el cuál ha sido pensado absolutamente desde la mirada patriarcal del poder económico, y el cual además ha sido ampliamente cuestionado por sus procederes, especialmente por los endeudamientos forzosos de los países del tercer mundo (para lo cual hay que recordar a la Argentina de finales del 2001), exige, a la primera mujer que tiene el cargo de directora en este escenario, un comportamiento ejemplar. Lagarde, es presentada entonces, por el FMI como la ficha femenina que permitirá limpiar la imagen de los escándalos provocados por Strauss-Kahn, y entonces otra pregunta se me viene a la cabeza,  por qué, el FMI, teniendo unos escándalos que pesan a toda la humanidad, como la crisis financiera mundial que se avizora, por ejemplo,  en vez de exigir conductas apropiadas a la mujer que lo dirige desde la semana pasada, no decide cuestionar sus propias conductas. 

Estratégicamente, el Fondo Monetario internacional, ha elegido a una mujer impecable, al menos físicamente, porque en todo caso la perfecta apariencia de Christine Lagarde no le quita lo neoliberal;  para limpiar la mala imagen que, un tipo acusado de varios intentos de violación, en múltiples lugares y tiempos, ha dejado en las primeras páginas de los diarios internacionales.

Y precisamente volviendo a las páginas principales de los periódicos, para el caso de “El País” del 6 de julio de 2011, incomprensiblemente, en la esquinita superior izquierda de la primera página, se observa la pequeña fotografía de otra mujer.  Esta imagen, corresponde a la de una mujer joven, despelucada, un poco desconcertada, desprevenida y hasta asustada, acompañada de un titular, diminuto también, que dice:  “El ‘caso Strauss-Kahn’ salpica al socialismo galo”.  La mujer de esta pequeña foto, no es otra sino la de la periodista y escritora francesa Tristan Banon, quien ha entablado otro de los juicios en contra del Ex Director del FMI, también por intento de violación en su contra, por hechos que ocurrieron diez años atrás,  cuando Strauss-Kahn tratara de abusar sexualmente de ella,  en uno de sus apartamentos en Paris. 

Mientras a Christine Lagarde se le despliegan todas las noticias con bombos y platillos para recuperar y enaltecer la imagen del FMI después que 23 hombres la eligieran como el reemplazo de Strauss-Kahn, a Tristan Banon, solo se le despliegan noticias en las que se cuestiona su veracidad de los hechos que denuncia ante los tribunales parisinos. 

Entretanto, la denunciante americana-guineana, ahora aparece como la mentirosa de la película por supuestas inconsistencias en sus testimonios, según la Fiscalía que lleva su caso, por lo que Strauss-Kahn ha sido puesto en libertad, al mismo tiempo que de manera muy sutil, los medios de comunicación dan a entender que  un enredijo de mentiras fue tendido en contra del pobre incauto,  para que éste cayera en una trampa desplegada por los intereses de opositores políticos de las próximas elecciones presidenciales en Francia, donde el partido socialista insiste que lo quiere como candidato presidencial, a pesar de los escándalos. 

Pero claro,  un intento de violación, no es lo mismo que una violación, y una mujer, en una sociedad que se siente amenazada por el “hembrismo”, como lo advierte Elvira Lindo, también en el mismo periódico en su artículo titulado ”El Héroe”, siempre va a defender la posición que más favorezca a cualquier hombre de poder. 

Bastante irónico que desde los escenarios más íntimos a los más públicos, ante cualquier escándalo de violencia en contra de las mujeres, sean las mismas  mujeres al poder, quienes tienen la tarea de  mejorar la imagen que dejan los hombres mentirosos, traicioneros, abusadores y mujeriegos.  Pobres hombres,  quienes al final se convierten en las víctimas inocentes, del hembrismo desenfrenado, frente a las acusaciones de mujeres explosivas, pasionales, celosas y seguramente, con sed de venganza. 


Notas de reflexiones inspiradas en las lecciones de Alda Facio durante el Programa sobre Derechos de las Mujeres del WHRI de la Universidad de Toronto en Canadá. En uno de mis múltiples viajes por el mundo.




6:30 pm
B,S




Jul 1, 2011

TLC Colombia – Suiza: Papaya para las multinacionales

Por:  Wayunkerra Epinayu (Karmen Ramírez Boscán)ð

Recientemente cientos de organizaciones colombianas y solidarias en el mundo, se han manifestado en contra del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos debido a la desastrosa situación de derechos humanos en nuestro país, especialmente la que afecta a los sindicalistas y defensores de derechos humanos. Sin embargo,  mas bien poco, por no decir nada, es lo que desde las organizaciones de la sociedad civil, se ha hablado sobre el TLC Colombia – Suiza, el cual fue negociado desde el 2006, aprobado, de manera solapada y amañada, durante el gobierno de Uribe en el año 2009, y el cual ha entrado en vigor el 1º de julio de 2011 con la venia del presidente Juan Manuel Santos.

Mientras los demás acuerdos de libre comercio, han sido rechazados en diferentes instancias de los gobiernos correspondientes, en Suiza, en el año 2009, la entonces Ministra de Economía y la actual Ministra de Energía y Tránsito de ese país, Doris Leuthard, justificaba vehementemente ante la Primera Cámara del Parlamento Suizo (Conseil National), cómo un acuerdo de libre comercio de tal magnitud entre los dos países, contribuiría trascendentalmente a reducir la pobreza, ya que éste motivaría un desarrollo económico extenso, el cual a su vez, ayudaría a aliviar la dramática situación de los derechos humanos que se vive en Colombia.

El TLC Colombia-Suiza, propone como primera medida una base de seguridad jurídica para los inversionistas, lo cual ha sido afirmado por el presidente Juan Manuel Santos, no solamente en múltiples escenarios internacionales, como en la pasada 41ª Sesión del  Foro Económico Mundial, realizado en enero de 2011, en Davos, Suiza, en donde el primer mandatario se reunió con la presidenta de éste país, Micheline Calmy-Rey, para acordar los pormenores que permitirían a los dos países, hacer entrar en vigencia, de manera provisional, dicho acuerdo.  El presidente Santos, también ha mostrado cómo, a través de el Plan Nacional de Desarrollo y su política de minas, va a ser mucho más fácil para las multinacionales suizas, invertir en Colombia,  las cuales además obtendrán en concesión los territorios, especialmente los de los pueblos indígenas,  para explotar cualquier tipo de productos minerales. 

Para lograr que la inversión de Suiza crezca de manera segura en Colombia, el TLC elimina hasta en un 85%, y en algunos casos hasta el 100%, de cualquier impuesto o gravamen, que se debiera pagar por la importación  de productos comerciales incluidos en los capítulos 25 al 97 del Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías, los cuales se refieren a productos agrícolas básicos y procesados, productos de la pesca y otros productos marinos, productos industriales y por supuesto, armas y productos minerales, entre otros. 

Así las cosas, las inversiones suizas aumentarán notoriamente en Colombia, lo que significa que multinacionales del “prestigio” de Novartis y Roche, empresas del sector farmacéutico que han sido ampliamente cuestionadas en países como la India por haberse involucrado en conflictos relacionados con la adquisición de patentes, comercializarán todo tipo de medicamentos en nuestro país. Así mismo Nestlé, compañía conocida ampliamente por sus conflictos laborales y la apropiación indebida de recursos hídricos.  También la UBS, el mismo banco suizo que estuvo envuelto recientemente en escándalos internacionales por encubrir evasores de impuestos de Estados Unidos y Alemania, tendrá las puertas abiertas de par en par, para las y los colombianos.  De la misma manera, otras empresas como Holcim, Glencore y Xstrata, dedicadas al saqueo de los recursos naturales como el cemento o el carbón, empresas que obviamente carecen de cualquier intención que propenda la protección del medio ambiente, seguirán presentes en el territorio nacional, por supuesto, con todas las ventajas y privilegios que éste TLC les otorga. 

Mientras las multinacionales suizas obtendrán con el TLC amplia seguridad jurídica para sus contratos mineros, así como para sus patentes farmacéuticas y de semillas, los pueblos indígenas en Colombia, así como las comunidades campesinas y afrodescendientes, tendremos que seguir enfrentando la nefasta situación que  se traduce en la desterritorialización y la agudización del conflicto armado en nuestros territorios.  Derechos como los derechos laborales o ambientales, por supuesto, seguirán siendo el último renglón en la agenda de las garantías de los derechos humanos, ni hablar de los derechos colectivos, en un Estado que impuso un TLC, aprovechando la violencia y la corrupción imperantes, para asegurar jurídicamente, a multinacionales que son más conocidas por la violación de derechos humanos y la evasión de impuestos que por sus buenas prácticas.

Glencore International, apenas en mayo de 2011, en cabeza de su director ejecutivo, Ivan Glasemberg, ha decidido romper el silencio para lanzarse a cotizar en las bolsas de valores de Londres y Hong Kong, después de más de tres décadas de saqueo y especulación con los recursos naturales en todo el mundo,  cuando se mantuvo sin obligación pública alguna, evitando la  rendición de cuentas acerca de los movimientos financieros de sus operaciones.  La razón para cotizarse en la Bolsa obedece a la necesidad de aumentar el patrimonio para poder disponer, en medio de la crisis mundial, de capital suficiente que le permita seguir invirtiendo en su crecimiento financiero.   Glencore International es dueña de Xstrata, las dos multinacionales suizas que explotan carbón en el departamento del Cesar, así como también en el departamento de La Guajira en donde Xstrata, es dueña del 33.33% de las acciones del Cerrejón, la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo la cuál afecta, mayoritariamente el territorio del pueblo indígena Wayuu.

A todas luces, un argumento como el de la reducción de la pobreza para acabar con las violaciones de los derechos humanos, dando paso a la apertura de libre comercio entre Colombia y Suiza, es absolutamente cínico, además de hipócrita, sobre todo cuando viene de un país que, condicionalmente, es ejemplo de democracia y cooperación de ayuda humanitaria.

De ninguna manera, cualquier acuerdo en este contexto, ha sido consultado con el pueblo colombiano, ni mucho menos se ha estimado la consideración de garantizar el derecho al consentimiento previo libre e informado que nos asiste a los pueblos indígenas, de conformidad con instrumentos internacionales como el Convenio 169 de la OIT o la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, o, nacionales como la Ley 21 de 1991, o las múltiples sentencias emitidas por la Corte Constitucional de Colombia a favor de la protección de los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios. 

Para el caso del pueblo Wayuu, Wounmainkat, es decir, todo nuestro territorio, ha sido entregado en concesiones para la exploración y la explotación de recursos mineros.  Por su parte El Cerrejón,  ha anunciado para este año, el asesinato del único recurso hídrico de la región, el Río Ranchería, lo cual generará no solo el desplazamiento forzado de varias comunidades Wayuu, sino también un impacto nefasto a la biodiversidad y al medio ambiente, todo, en nombre de la triplicación de las exportaciones del carbón que están proyectadas para el 2015, las cuales  irán directamente a favorecer a las multinacionales suizas Xstrata y Glencore, quienes además planean una fusión, después de la inauguración de ésta última en la Bolsa de Valores.  No es casual pues, que el Ex Director de la oficina de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República durante los periodos de Uribe, Carlos Franco, sea hoy, el Director de Estándares Sociales y Relacionamiento Internacional de El Cerrejón. 

Definitivamente, este acuerdo comercial solo pone en evidencia, la urgencia de corroborar un sistema en donde las inversiones son mucho más fáciles, cuando se desarrollan en territorios despojados, por lo tanto, carentes de resistencia social a los intereses económicos, muchos de los cuales se encuentran estrechamente relacionados con la extracción de recursos naturales, lo que se traduce para ese mismo sistema, en la imperante necesidad de controlar vastas áreas de tierras y territorios, especialmente en comunidades de pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinas, promoviendo así la intensificación del conflicto armado interno, en donde las víctimas recibimos solo paliativos como la Ley de Víctimas y la de Restitución de Tierras, que no son más que reconocer los títulos de las tierras que han sido despojadas a las víctimas.

Por su parte, cuando Suiza argumenta en su discurso que el TLC con Colombia mejorará la situación de los derechos humanos de un país en donde, los mandatarios de turno se pelean para decidir si se reconoce o no un conflicto que está mas vivo que nunca, es aceptar abiertamente la ceguera ante las cifras y los hechos que demuestran que las y los dirigentes indígenas, para no nombrar al resto, estamos en permanente peligro, sobre todo en los territorios en donde se emplazan las multinacionales que instalan consigo, a los grupos armados legales o ilegales, para fundar el terror, en nombre de la protección de bienes de interés público. 

Sí, hay que estar ciegos, o ciegas, como la mercenaria del poder económico Doris Leuthard, para no darse cuenta que más de doscientos cincuenta Wayuu, han sido asesinados o desaparecidos en el marco del conflicto armado interno, en donde gran parte de este Itinerario de víctimas, han sido mujeres Wayuu.

Para la suma final del total del TLC Colombia-Suiza, se ha firmado un Tratado de Cooperación Judicial entre los dos países, cuyo objetivo fundamental es el de luchar contra el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo.  Aunque aún se desconocen sus verdaderos alcances, es fácil deducir,  teniendo en cuenta que la mayoría de activistas hombres y mujeres activistas de los derechos humanos en Colombia, hemos sido investigados extrajudicialmente y algunos hasta condenados, que se puede estar en alto riesgo, incluso en Suiza.

En últimas, la apertura del libre comercio de Colombia con cualquier país,  será como tener un corral lleno de chivos con un solo lobo, en donde por supuesto, todos los chivos estamos representados en el pueblo colombiano.  Colombia, exportará a Suiza, entre otros productos de la lista, flores, textiles, aceites y frutas como limón, piña y papaya. ¡Bravo por Colombia! quien ha dado papaya a las multinacionales de Suiza, a cambio de que éstas tengan  licencia para devastar y contaminar la diversidad, el medio ambiente, la riqueza y fertilidad de nuestros suelos. 
Berna, Suiza
Viernes 1º de julio de 2011
11:30 p.m.



ð Wayunkerra Epinayu (Karmen Ramírez Boscán).  Indígena Wayuu del Clan Epinayu.  Epaya’a Miou (Consejera Mayor) de la Sütsüin Jiyeyu Wayuu – Fuerza de Mujeres Wayuu.  Activista de los derechos de las mujeres indígenas y de los pueblos indígenas.